CARACOLES: RECETA ELEVADA A POEMA

Si los caracoles te quieres

comer sin palillos,

tendrás que engañarlos

como si fueran chiquillos.

Hay que lavarlos con agua abundante

para que saquen los cuernos;

hay que ponerlos en una cacerola

con agua caliente;

los pones en una silla

delante de la tele

cuando estén haciendo un mitin:

como no saben pensar,

ellos todo se lo creen.

Estarán agradecidos,

de tan buen recibimiento,

se dirán unos a otros:

¿qué será los próximo,

echarnos acelgas para que cenemos?

Cuando estén más confiados

los pones a fuego lento,

y casi sin darse cuenta

se habrán ido al otro mundo.

Después les haces la salsa

con cebolla, jamón,

con ají o con rocoto.

Y así, engañándolos

como si fueran chiquillos,

te los comerás tranquilo

aunque no tengas palillos.

                                                                                                  Fina Caballero

MADRESELVA

Eres como una bola

de ramas enmarañadas

que nadie sabe dónde empieza

y donde acaba;

como un anillo de lana

por un gato zarandeada;

y nadie puede negar

tu espectacular belleza,

sin presentarte a concurso

te has ganado tú solita:

el título de reina de la montaña.

Tus flores son las más bellas

y con su perfume embriagan

a todo aquel que te huele;

y a las abejas atrapa,

pues no pueden resistirse.

LA PURA ESENCIA

Cuando voy a la montaña,

no voy a hacer ninguna carrera,

sólo voy a pasear,

a comulgar con la naturaleza.

Quiero ver saltar a los saltamontes,

volar a las mariposas,

ver el color de las flores,

hacerme amiga de cada piedra:

a empaparme con su esencia;

sólo quiero que con sus

invisibles brazos me abracen:

los romeros y tomillos

que me impregnen con su aroma.

Poder tocar con mis manos:

los árboles, la tierra, las piedras;

sentirme enteramente suya,

rodeada de sus esencia.

Y aunque el viento me despeine

y se me manchen las botas,

eso no debe importarme,

(que de hecho no me importa),

pues todo forma parte de la naturaleza.

                                                                                                        Fina Caballero

RECIÉN NACIDO

Hoy acabas de nacer,

todavía no tienes nombre;

ya te lo pondrán tus padres,

ahora de ellos dependes.

Tu vida trajo alegría,

también regocijo grande,

toda la familia va

en procesión a conocerte.

Viéndolos como pasan,

como a través de una nube;

no sabes aún dónde estás,

si ya estás en este mundo,

o todavía estás en el vientre de tu madre.

Todos te dicen cositas,

y tú ninguna entiendes,

pues lo único que quieres ver

es la teta de tu madre.

BUENOS VIENTOS

I

Viento que lo arrastras todo,

llévate también mis penas,

haz de mi vida un remanso

de aguas limpias y serenas.

II

Viento que lo limpias todo,

limpia el mundo de tragedias,

llévate todas las guerras

y que la paz prevalezca.

III

Hay vientos de muchas formas:

de poniente, aliseos y tramontana,

después de los malos vientos,

vendrán vientos de esperanza.

IV

El viento sopla con fuerza

en la noche adormilada,

y a lo lejos, la tormenta:

rumores de viento y agua.

Fina Caballero

LA NOCHE MÁS LARGA

¡Vaya por Dios,
vaya una noche tan larga!
¿Quién me mandaría a mí
tomarme el café en la taza?
Mejor hubiese sido
tomarlo en un colador,
y que nunca hubiese llegado a mi panza,
pues no me puedo dormir;
y ya veremos mañana
que tengo que trabajar,
seguro que me duermo
a las seis de la mañana.
Cuando me suene el despertador
pensaré desconsolada:
¡ay Dios mío de mi vida,
con lo a gustito que estoy
ahora mismo en la cama!

Fina Caballero

PASEO, NO CARRERA

Cuando voy a la montaña
no quiero hacer ninguna carrera,
sólo voy a pasear,
a comulgar con la naturaleza.
Ver saltar los saltamontes,
ver volar las mariposas,
ver el color de las flores,
a hacerme amiga de cada piedra:
a empaparme con su esencia.
Sólo quiero que me abracen
con sus invisibles brazos,
los romeros y tomillos,
que me impregnen con su aroma.
Poder tocar con mis manos:
los árboles, la tierra, las piedras,
y aunque el viento me despeine
y se me manchen las botas,
eso no debe importarme,
y de hecho no me importa,
pues todo forma parte
de la naturaleza.

Fina Caballero

PASA EL TIEMPO

I
Madura ilusión
la que yo tengo;
no me importa
lo que diga nadie,
pues vivo la vida
cual la siento.
II
Pasan los años,
y yo siento
que nada ha cambiado;
y no es cierto,
pues, inexorablemente,
pasa el tiempo.
III
Cuando eres joven
pasa la vida poco a poco,
cuando te haces mayor,
pasa la vida tan rápido
como un soplo.
IV
Miras lo que te rodea,
el mundo es maravilloso,
vive siempre como quieras
y procura ser feliz;
vive tu vida
como si fuera un sueño.
V
Todo el mundo tiene derecho
a un poco de felicidad,
aunque sea en el otoño de su vida,
no importa, da igual;
más vale tarde que nunca:
bienvenida felicidad.

MIS HIJOS

I
Desde que era una niña
sólo he tenido una idea:
siempre he querido ser madre,
Y hoy tengo la certeza
que es lo mejor de mi vida.
II
Hijos de mi corazón,
que sois la luz de mi vida;
sólo por vosotros
cada mañana despierto,
sólo por vosotros
tiene sentido mi vida.
III
A veces me dan disgustos,
otras veces alegrías,
pero por mucho que sufra,
no cambiaría mi vida.
IV
Mis hijos son dos planetas
que en el universo giran
de entre toda la galaxia,
ellos son los que más brillan.

Fina Caballero

AMOR, AMOR, AMOR

De los amores me siento presa,
de la familia, de la pareja
Y de mis hijos;
que se me clavan como aguijones
de las abejas.
¡Cómo me duele mi vida entera!
pues yo de amores me siento presa.
De la familia: amor efímero,
algunas veces lo borra el viento;
de la pareja: amor incierto,
en ocasiones, lo rompe el tiempo;
el de los hijos: amor eterno,
para los padres no existe el tiempo.
¡Cómo me duele mi vida entera!
pues yo, de amores me siento presa.

Fina Caballero

UN PERRO EN TIEMPO DE CRISIS

Si a fin de mes
no quieres llegar,
un perrito a casa
te debes llevar.
Llévalo corriendo al veterinario,
verás que pronto
te saca los cuartos.
Ponle todas las vacunas
y no olvides las pastillas
para desparasitarlo.
La peluquería canina
es otro gasto añadido,
pues allí tienes que
hacerle manicura, pedicura
y cortarle el pelo a la moda.
Tienen que ir al dentista,
deben quitarle el sarro
pues, pobrecitos a los perros
no les dejan comer huesos.
Antes decían las madres:
me cuestas más de criar
que si tuviese un hijo tonto,
ahora con la modernura,
hay que cambiar la frase:
me cuestas más de criar
que si tuviese un perro en casa.

MANOLO GARCÍA

POESIA PARA MANOLO
Manolo García:
si no fuera por ti y tus canciones,
la vida qué triste sería.
Tú nos alegras la vida,
nos la haces más bonita,
nos la haces más amena.
Si te paras a escucharla,
te dan ganas de gritar
(salvemos todos a la tierra)
La pongo por las mañanas,
limpio mi casa cantando
y hasta me atrevo a decir que bailando.
Cuando voy a los conciertos
siempre quiero estar delante,
y si me quedo detrás
qué desperdicio de entrada;
pues me quedo sin ver nada.
Así que tú a lo tuyo
que es cantar y bailar,
tú te mantienes en forma
y a mí me haces disfrutar.

LA SENDA

Los ojos se me llenan de color,
los ojos se me llenan de belleza;
amalgama de colores
se mezclan en mi retina,
y en mis memoria los guardo
cuando subo por la senda.
Flores de muchos colores
siempre me voy encontrando.

Fina Caballero

SUSPIRANDO

Hondos suspiros
salen de mi garganta:
suspiros viscerales;
pues salen
de lo más hondo de mi cuerpo.
Pensamientos tan ocultos
que a nadie cuento,
pensamientos que son
para mí sólo,
pensamientos que guardo
para mis adentros.

Fina Caballero

NUBES DE ALGODÓN

Nubes de algodón rosa

van volando por el cielo,

son algodones de azúcar

sabor fresa y caramelo;

pues ha llegado la feria,

están de fiesta en el cielo;

y en ruidosa algarabía

van los ángeles corriendo

pues, todos quieren probar

los algodones de azúcar

que surcando van el cielo.

Fina Caballero

FELIZ COMO UNA PERDIZ

En el único lugar

donde me siento feliz

es andando por la tierra:

cual si fuese una perdiz;

pues tú sabes como soy

muy apegada a la tierra.

Abrazándome a los árboles

como se abraza la hiedra;

pues la tierra es nuestra madre,

la tierra nos alimenta,

la tierra nos acuna

cuando la vida nos deja.

Pero, mientras esté aquí

quiero sentirme feliz.

Yo quiero andar por la tierra

cual si fuese una perdiz.

Fina Caballero

RELUCIENTES COMO ESPEJOS

Al pasar por mi cocina

sale una luz cegadora,

y no creas que es el sol:

son mis cazos y mis ollas

que brillan como la aurora.

Las tengo resplandecientes,

y brillan como la plata;

si quieres sabe cómo se hace:

pones mistol y vinagre

y después rasca que te rasca.

Mis tapaderas de aluminio

dirías que son de acero,

pues brillan como la plata

de tan limpias que las tengo.

Los culos de mis sartenes

están como limpios como espejos,

de tanto como los froto

que hasta las uñas me dejo.

MIS CAFETERAS

Mis cafeteras las tengo

desde siempre muy brillantes;

pero, hay gente que me dice

que si las froto con fuerza

no me harán buen café.

A mí estas palabras

por un oído me entrar,

y por el otro me salen,

pues siempre quiero tener

mis cafeteras brillantes.

Fina Caballero