Al pasar por mi cocina
sale una luz cegadora,
y no creas que es el sol:
son mis cazos y mis ollas
que brillan como la aurora.
Las tengo resplandecientes,
y brillan como la plata;
si quieres sabe cómo se hace:
pones mistol y vinagre
y después rasca que te rasca.
Mis tapaderas de aluminio
dirías que son de acero,
pues brillan como la plata
de tan limpias que las tengo.
Los culos de mis sartenes
están como limpios como espejos,
de tanto como los froto
que hasta las uñas me dejo.
MIS CAFETERAS
Mis cafeteras las tengo
desde siempre muy brillantes;
pero, hay gente que me dice
que si las froto con fuerza
no me harán buen café.
A mí estas palabras
por un oído me entrar,
y por el otro me salen,
pues siempre quiero tener
mis cafeteras brillantes.
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