Ronquidos oigo a lo lejos,
ronquidos oigo también a mi lado,
oigo también como ronca,
nuestro vecino de abajo.
Ronquidos oigo por doquier,
pues, suenan las gargantas
cual si fuesen de soprano,
hasta el perro de mi vecino ronca,
que otrora pensaba
que el que roncaba era el amo,
pues se oye fuerte y nítido,
cuando la ventana
permanece abierta en verano.
¡Y, digo yo,
que ante tanta sinfonía
que bien podrían hacer algo
para remediarlo!
Pues,diríase que estoy asistiendo
a una mala ópera
en un pésimo teatro.
Menos mal, que por lo menos,
el palco que ocupo
es de mi agrado.
Pero, presa de aburrimiento
y en un abrir,
y cerrar de ojos,
rápidamente, yo también
paso a formar parte del coro.
Escrito verídico de Fina C.P.
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