La luna me deslumbra
a través de mi ventana,
no dejo de mirarla,
me tiene hipnotizada.
Su brillo me deslumbra
igual que una manzana,
si la frotas con fuerza,
sobre un jersey de lana.
A veces está contenta,
y a veces, enfadada,
si está contenta parece,
un plato de porcelana,
si está enfadada parece,
de melón una tajada.
La luna resplandeciente
se diría que es de plata,
brilla como el agua de un rio
en una noche estrellada,
como la cara de un niño,
al despertar por la mañana.
Fina C.P.
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