ÚLTIMOS DÍAS DE SOL

Sentado en un banco

en la plaza del pueblo,

dejando pasar los días tranquilo.

¡Cuántas batallitas

de días vividos!

Tus últimos días

vívelos tranquilo,

que nada ni nadie

te quite el sueño;

seguro que ya

bastante has sufrido

con duros trabajos;

con la guerra incluso.

Creo que te has ganado ya

vivir tranquilo.

                                                                                              Fina Caballero

INFANTILITIS

Tengo una enfermedad de la que no me quiero curar, pues la llevo arrastrando más de cincuenta años. Los síntomas son: ilusión, curiosidad, alegría de vivir y muchas cosas más.

Si tienes dicha enfermedad no precisas ir al médico, pues no debes curarte nunca.

Te tienes que reunir con mucha gente para ver si se contagia y se convierte en una pandemia y que los laboratorios, nunca, nunca saquen una vacuna para erradicarla.

CARACOLES: RECETA ELEVADA A POEMA

Si los caracoles te quieres

comer sin palillos,

tendrás que engañarlos

como si fueran chiquillos.

Hay que lavarlos con agua abundante

para que saquen los cuernos;

hay que ponerlos en una cacerola

con agua caliente;

los pones en una silla

delante de la tele

cuando estén haciendo un mitin:

como no saben pensar,

ellos todo se lo creen.

Estarán agradecidos,

de tan buen recibimiento,

se dirán unos a otros:

¿qué será los próximo,

echarnos acelgas para que cenemos?

Cuando estén más confiados

los pones a fuego lento,

y casi sin darse cuenta

se habrán ido al otro mundo.

Después les haces la salsa

con cebolla, jamón,

con ají o con rocoto.

Y así, engañándolos

como si fueran chiquillos,

te los comerás tranquilo

aunque no tengas palillos.

                                                                                                  Fina Caballero

MADRESELVA

Eres como una bola

de ramas enmarañadas

que nadie sabe dónde empieza

y donde acaba;

como un anillo de lana

por un gato zarandeada;

y nadie puede negar

tu espectacular belleza,

sin presentarte a concurso

te has ganado tú solita:

el título de reina de la montaña.

Tus flores son las más bellas

y con su perfume embriagan

a todo aquel que te huele;

y a las abejas atrapa,

pues no pueden resistirse.

LA PURA ESENCIA

Cuando voy a la montaña,

no voy a hacer ninguna carrera,

sólo voy a pasear,

a comulgar con la naturaleza.

Quiero ver saltar a los saltamontes,

volar a las mariposas,

ver el color de las flores,

hacerme amiga de cada piedra:

a empaparme con su esencia;

sólo quiero que con sus

invisibles brazos me abracen:

los romeros y tomillos

que me impregnen con su aroma.

Poder tocar con mis manos:

los árboles, la tierra, las piedras;

sentirme enteramente suya,

rodeada de sus esencia.

Y aunque el viento me despeine

y se me manchen las botas,

eso no debe importarme,

(que de hecho no me importa),

pues todo forma parte de la naturaleza.

                                                                                                        Fina Caballero

RECIÉN NACIDO

Hoy acabas de nacer,

todavía no tienes nombre;

ya te lo pondrán tus padres,

ahora de ellos dependes.

Tu vida trajo alegría,

también regocijo grande,

toda la familia va

en procesión a conocerte.

Viéndolos como pasan,

como a través de una nube;

no sabes aún dónde estás,

si ya estás en este mundo,

o todavía estás en el vientre de tu madre.

Todos te dicen cositas,

y tú ninguna entiendes,

pues lo único que quieres ver

es la teta de tu madre.

BUENOS VIENTOS

I

Viento que lo arrastras todo,

llévate también mis penas,

haz de mi vida un remanso

de aguas limpias y serenas.

II

Viento que lo limpias todo,

limpia el mundo de tragedias,

llévate todas las guerras

y que la paz prevalezca.

III

Hay vientos de muchas formas:

de poniente, aliseos y tramontana,

después de los malos vientos,

vendrán vientos de esperanza.

IV

El viento sopla con fuerza

en la noche adormilada,

y a lo lejos, la tormenta:

rumores de viento y agua.

Fina Caballero

LA NOCHE MÁS LARGA

¡Vaya por Dios,
vaya una noche tan larga!
¿Quién me mandaría a mí
tomarme el café en la taza?
Mejor hubiese sido
tomarlo en un colador,
y que nunca hubiese llegado a mi panza,
pues no me puedo dormir;
y ya veremos mañana
que tengo que trabajar,
seguro que me duermo
a las seis de la mañana.
Cuando me suene el despertador
pensaré desconsolada:
¡ay Dios mío de mi vida,
con lo a gustito que estoy
ahora mismo en la cama!

Fina Caballero