A mis queridas y admiradas
flores de cuneta
que me alegran el viaje
cuando voy por carretera;
ellas también son
la alegría de la huerta:
gran profusión de colores,
aunque nadie las cuida,
las mima ni las riega.
Flores de cuneta,
para la mayoría de la gente
no sois más que malas hierbas,
en cambio para mí sois,
una maravilla de la naturaleza.
Fina Caballero
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