Sobre un lecho de piedra del arroyo
descansan los cuerpos desnudos
de dos amantes,
al abrigo de la noche
pues de la gente se esconden.
Como único testigo:
miles de estrellas;
que aunque todo lo ven
nada dicen.
Pues son cómplices de un amor
que pudiendo ser real
sólo es un sueño.
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